viernes, 8 de junio de 2018

¿Qué es el Inmaculado Corazón de María?



¿Qué es el Inmaculado Corazón de María?

El Inmaculado Corazón de María se celebra, en la liturgia católica, el sábado que sigue a la solemnidad del Sagrado Corazón.

Pero, ¿qué se celebra exactamente en dicha ocasión?

Para comprender el sentido profundo de la devoción al Inmaculado Corazón de María es necesario recurrir a las Escrituras.

En la Biblia, el corazón no tiene nada que ver con los sentimientos, o, peor, con el sentimentalismo tal como se manifiesta en la cultura contemporánea, en los medios de comunicación o en la literatura. Por desgracia, la devoción al Inmaculado Corazón de María sufre, a veces, de estas representaciones empalagosas. Es desconocer el profundo alcance de esta devoción, que es sobre todo un acto de fe.

El corazón, en la Biblia, es el lugar de la «memoria», en el que se custodian los recuerdos, las ideas, los proyectos y las decisiones. El Eclesiástico 17, 6 afirma que el corazón es dado al hombre para pensar.

Una fe absoluta

El corazón es la fuente de la personalidad de los humanos, donde la historia personal de cada uno encuentra al Señor. Por eso, el corazón es, ante todo, el lugar de la fe (Efesios 3, 17). Vivir según el Evangelio exige recibir la palabra en el propio corazón (Lucas 8, 15), amar a Dios de todo corazón (Mateo 22, 37), perdonar de todo corazón (Mateo 18, 35). Acercarse así y recibir al Señor «manso y humilde de corazón» (Mateo 11, 29) hace que el corazón de los que se encuentran con Él arda (Lucas 24, 32).

Cuando el evangelista san Lucas afirma que María «conservaba todo esto en su corazón» (2, 51), hablando del misterio de la identidad de Jesús, nos presenta a María como modelo de fe, modelo de los creyentes. El Inmaculado Corazón de la Virgen es una expresión que nos habla del carácter absoluto de su fe, de su confianza y de su acogida del Señor en lo más íntimo de su persona, en términos de recuerdos, proyectos y decisiones.

Cuando el 13 de octubre de 2013 el Papa Francisco consagró, en el marco del año de la fe, el mundo al Inmaculado Corazón de María, invitó a la Iglesia y al mundo a osar entregarse a la fe total, de la que María es modelo y guía. Esta consagración es un llamamiento y una esperanza, pues afirma que la fe está al alcance del hombre, que es posible.

Sébastien Antoni

es.la-croix.com

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